Eva y Sara, dos ángelitos.
Conocer a Mariana ha sido todo un descubrimiento. Tambíén un lujo. Además, tiene amigos encantadores, como la pareja que forman Carmen y Ricardo.
Otra rotunda y hermosa prueba de la existencia del Señor: las hijas de ambos, Sara y Eva. ¡Qué suerte haberlas conocido! ¡Y qué orgullo para sus padres!
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